Ultimamente hay confusión, conflicto, opiniones... sobre el lenguaje inclusivo.
La RAE lo tiene claro.
Esperamos dar luz en este tema tan "polémico" para algunos y algunas.
¿QUÉ PASA CON LA PALABRA MÉDICA?
El lenguaje inclusivo como herramienta para avanzar
en igualdad
Las
palabras importan. Aunque creamos que estamos utilizando el lenguaje,
es el lenguaje quien nos utiliza. De forma invisible moldea nuestra
forma de pensar sobre las demás personas, sus acciones y el mundo en
general.
Ana
González y Carlos Lomas [2002]
En
nuestra profesión existe una palabra que genera mucha controversia y
que a algunas personas incluso les “chirría” cuando la escuchan,
ésta es la palabra MÉDICA, en femenino, ¿es correcta? ¿Cómo
debemos referirnos a las mujeres que ejercen la medicina: “las
médicos” o “las médicas”? ¿Serían válidas ambas formas?
¿Realmente este debate sobre el lenguaje merece la pena?
Nos
encontramos en un momento de la historia en el que el feminismo está
en auge. Las mujeres han abandonado el calor de su hogar donde su
único rol era el de amas de casa y madres, para ocupar
universidades, comisarías, talleres, consultas, escaños,
tribunales… Ahora ejercen profesiones anteriormente reservadas a
hombres. Esta nueva presencia femenina en la vida pública ha abierto
un debate en torno al lenguaje. Hace unos años no nos hubiéramos
planteado si lo correcto era “la médico” o “la médica”
porque no había mujeres pasando consulta; sin embargo, la realidad
actual es que las mujeres suponen más del 50% del personal que
ejerce la medicina. Tampoco hubiéramos cuestionado el uso del género
no marcado, es decir, el empleo del género masculino para
referirse a un conjunto de personas independientemente del número de
individuos de cada sexo que forman el conjunto, ya que la mayor parte
de agrupaciones de personas en el ámbito público eran hombres y
reflejaba la realidad.
El lenguaje es el instrumento fundamental mediante el cual nos
comunicamos. Con su uso transmitimos nuestra cultura y conocimientos,
expresamos ideas, valores, emociones… A través de él construimos
nuestra realidad, una realidad cambiante con el paso del tiempo. Así
pues, igual que la sociedad no permanece inmutable, la lengua está
viva y cambia y evoluciona con ella, olvida palabras que están en
desuso e incorpora nuevas palabras respondiendo a la necesidad de
designar nuevos elementos. Es por ello que hoy en día palabras como
piercing, bit o parking, son aceptadas por la Real Academia de la
Lengua Española. Nombrar es el primer paso para visibilizar y
reconocer. Para existir plenamente hay que estar en la lengua. De
esta manera se entiende también el lenguaje como una herramienta de
transformación social.
A través de las generaciones, el pensamiento patriarcal y
androcéntrico ha estado presente en el lenguaje reproduciendo y
transmitiendo desigualdades de género y estereotipos sexistas,
condicionando la visión y la percepción que tenía la sociedad de
las mujeres y, en consecuencia, la valoración que se hacía de
ellas. Mercedes Bengoechea afirma que este uso de la lengua ha
llevado incluso a hacer invisibles a las mujeres, y lo más grave,
hasta hacer que las propias mujeres nos mimeticemos y hablemos de
nosotras mismas en masculino con expresiones como “nosotros”,
“uno cree”, “uno mismo”, “todos”. «Hemos aprendido a
pensarnos como ausentes, y lo que no es nombrado tiene una categoría
diferente, subordinada, dependiente de lo nombrado. O, peor aún, no
existe».
Dado que la lengua teóricamente refleja todo lo que ocurre dentro de
la sociedad, debería adaptarse a la nueva realidad de las mujeres
posibilitando y creando usos más justos, sensibles e igualitarios
para la sociedad.
La existencia de una legislación en materia de igualdad no
garantiza la ausencia de desigualdades y discriminaciones entre
mujeres y hombres en los distintos ámbitos de la vida (igualdad de
derecho versus igualdad de hecho). El mantenimiento
de las desigualdades de género, en cualquier ámbito, dificulta y
retrasa el camino hacia la igualdad. Por pequeños que puedan parecer
los cambios en las conquistas sociales, siempre suman y son
significativos. También en el lenguaje. La filóloga Eulàlia Lledó
afirma que es muy importante visibilizar a las mujeres en el lenguaje
porque lo que no se nombra no existe.
Así pues, si queremos hablar de grupos mixtos utilizando un lenguaje
igualitario y no excluyente, tampoco deberíamos utilizar el femenino
genérico invisibilizando a los hombres. El empleo de ambas formas:
la masculina y la femenina, y no siempre en este orden, permite
visibilizar a las mujeres rompiendo con estereotipos y prejuicios
sexistas sin colocar al hombre en una posición subordinada. No
duplicamos por decir” trabajadoras y trabajadores”, “usuarios y
usuarias”, “médicas y médicos”, “enfermeras y enfermeros”.
Duplicar es hacer una copia idéntica y, en este caso, queremos
nombrar y citar a todas las personas y su diversidad. Esto constituye
la base del lenguaje inclusivo.
Atendiendo a todo lo expuesto, ¿qué ocurre con la palabra “médica”?
¿está el lenguaje reflejando la nueva realidad de nuestra
profesión? La edición del Diccionario de la Real Academia de la
Lengua Española de 2001 permitía utilizar la forma masculina para
designar el femenino: la médico. No obstante, en el año 2005 el
Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD, 2005) de la Real Academia
estableció que el femenino es “médica” y que no debe emplearse
el masculino para referirse a una mujer; por tanto, “la médico”
no es correcto. Reforzando la edición de 2005, en la vigesimotercera
edición el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española se
enmendó el artículo de 2001 y ya no aparece la oración que
autoriza a utilizar el masculino para designar el femenino. Pese a
ésto siguen existiendo dudas acerca de la correcta utilización de
esta palabra y su uso no es generalizado, incluso entre las propias
médicas que continúan designándose a sí mismas con el término
masculino.
El lenguaje es la herramienta con la que construimos la realidad. Si
queremos una sociedad igualitaria donde las mujeres tengan un lugar
al lado del hombre, el primer paso es nombrarnos, hacer ver que
estamos, que existimos, que somos aceptadas no sólo en intenciones,
también en acciones. Incorporarnos en el lenguaje es una forma de
mostrar que los cambios que se han producido no son un espejismo ni
algo temporal, que tras tanta lucha se ha hecho realidad, hemos
ocupado espacios que no nos arrebatarán, hemos venido para
quedarnos.
Bibliografía
El
lenguaje es sexista. ¿Hay que forzar el cambio? | Edición impresa |
EL PAÍS Disponible en
https://elpais.com/diario/2008/06/14/sociedad/1213394401_850215.html
Miret-Mestre,
Teresa. La denominación de las profesiones sanitarias en masculino y
femenino: ¿cuestión de género o de sexo?* Panace@ 2014; 15
(39): 103-108. Disponible en
http://www.medtrad.org/panacea/IndiceGeneral/n39-tribuna_MiretMestreT.pdf
El
mundo en femenino. Pikara Magazine
(http://www.pikaramagazine.com/author/pikara/)
Guía
práctica para un uso inclusivo del lenguaje en lantegi batuak.
Disponible en:
https://www.lantegi.com/site/assets/files/2708/120208lantegilengsex-cast.pdf
Guía
de uso para un lenguaje igualitario (castellano). Universidad de
Valencia. Disponible en: https://www.uv.es/igualtat/GUIA/GUIA_CAS.pdf
Guía
de lenguaje para el ámbito de la salud. EMAKUNDE. Instituto Vasco de
la Mujer. Vitoria-Gasteiz. 2009. Disponible en
http://www.emakunde.euskadi.eus/contenidos/informacion/publicaciones_guias2/es_emakunde/adjuntos/guia_lenguaje_sani_es.pdf
Guía
del lenguaje inclusivo del CEP-PIE. Colectivo de Estudiantes de
Psicología. Disponible en
http://www.cep-pie.org/wp-content/uploads/2017/11/Gu%C3%ADa-lenguaje-inclusivo-CEP-PIE.docx.pdf
En
femenino y en masculino. Las profesiones de la A a la Z. Serie
lenguaje nº 4. Instituto de la Mujer
(Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales). Catálogo general de
publicaciones oficiales. Edita: Instituto de la Mujer (Ministerio
de Trabajo y Asuntos Sociales).
http://publicaciones.administracion.es
Bengoechea
Bartolomé, Mercedes: Sexismo y androcentrismo en los textos
administrativo-normativos. Universidad de Alcalá.
Disponible en
https://docplayer.es/3371610-Sexismo-y-androcentrismo-en-los-textos-administrativo-normativos.html
Diccionario
Panhispanoaméricano de dudas.
http://www.rae.es/recursos/diccionarios/dpd
DRAE
2001, EN http://lema.rae.es/drae2001/
DREA
2014, 23ª edición,
http://www.rae.es/diccionario-de-la-lengua-espanola/la-23a-edicion-2014
Careaga,
Pilar. El libro del buen hablar: una apuesta por un lenguaje no
sexista. Fundación mujeres.
https://www.juntadeandalucia.es/iaapinstitutodeadministracionpublica/servlet/descarga.html?up=34380
Estudio
sobre lenguaje y contenido sexista en la red.
http://www.mujeresenred.net/IMG/pdf/recomendaciones__t-incluye.pdf