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martes, 26 de noviembre de 2019

25 NOVIEMBRE

DURANTE ESTA SEMANA SE HAN REALIZADO MUCHOS ACTOS POR LA CONMEMORACIÓN DEL DÍA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO. 

NOS HA PARECIDO MUY OPORTUNO COLGAR EN NUESTRO BLOG EL TESTIMONIO DE ESTA COMPAÑERA CON LA QUE NOS IDENTIFICAMOS PERFECTAMENTE. CON ESTE RELATO OS ANIMAMOS A QUE SI TENÉIS ALGUNA DUDA O HABÉIS PASADO POR UNA SITUACIÓN SIMILAR NOS LA COMUNIQUÉIS A TRAVÉS DE UN MENSAJE PRIVADO POR FACEBOOK, TWITER, O TAMBIÉN OS PODÉIS PONER EN CONTACTO CON LA SECRETARÍA DE SOVAMFIC. 

Os recordamos la manera de contactar con nosotras:

FACEBOOK: 
Grupo de Trabajo de Atención a la Mujer Sovamfic

TWITER
@SoVaMFiC_Amujer

SECRETARÍA:
svmfyc@svmfyc.org




Hoy, 25N, es el Día Internacional Contra la Violencia de Género, un problema de salud a nivel mundial que, como personal sanitario y sociedad, debemos combatir. Aquí os dejamos un texto que nos mandó A.R. Álvarez contando su experiencia como perito en un caso de violencia machista. Realmente nos conmovió ver como hacer justicia puede convertirse en una mala experiencia para una profesional ¿Habéis tenido alguna experiencia similar? ¿Creéis que necesitáis más formación para afrontar estas situaciones? Cuéntanoslo e intentaremos tenerlo en cuenta en nuestros próximos talleres.
"Mi experiencia como Perito en un Juicio Rápido por Violencia de Género
Sucedió este pasado mes de Julio, al atender a una mujer que acudía por lesiones físicas, refiriendo que se las había producido su ex-pareja. Voy a relatar los hechos, los aprendizajes, los errores, para que no me vuelvan a suceder, para recibir propuestas, para recibir ayuda de cara a un próximo caso. Poniéndome en contexto, me considero una persona sensibilizada respecto al “tema”. No es que en la formación médica en Valencia haya recibido mucha información al respecto de cómo abordar estas situaciones, pero sí he intentado formarme fuera de las aulas, en varias charlas, conferencias, cursos online, leyendo por mi cuenta, etc. Dicho esto, durante mi formación sólo he visto atender a tres casos de violencia de género. No son un gran número para considerarse “experta”, ojalá no fuese ninguno. Pero suficientes para dejarme patente, por si alguien dudaba (y dudan) de las muchas formas de expresar este sufrimiento que existen por parte de las víctimas.
Así llego yo a una guardia en Urgencias, de las primeras como Médica Interna Residente de 2° año (R2) de Medicina de Familia y Comunitaria. Siendo que observación estaba bastante vacío, salgo fuera a echar una mano y veo en el casillero de la R1 la carpeta con el motivo de triaje que indicaba que era violencia de género, agredida por su expareja. Aquí sucede la primera irregularidad. Revisando semanas después el protocolo de actuación del servicio, se especifica que estas pacientes deben ser siempre adjudicadas a la consulta de un adjunto, y ya será éste quien decida si asignarlo o no a un residente en formación. Sin más, comento a mi adjunto qué paciente voy a atender, me recuerda lo básico a tener en cuenta al rellenar el SIVIO (formulario para detección y actuación frente a Violencia de Género, que también funciona como parte de lesiones).
Llamé a la mujer, no llegaba a los 20 años. No me llamó la atención su actitud desenfadada, su conversación fluida, su estado de ánimo "normal" diríamos. Sé demasiado (y el que no lo sepa, que lea o mire series por ejemplo, como la actual "Creedme") que cada víctima reacciona de una manera, y que el estado de 'shock' o agitación que se esperaría en alguien que ha recibido una paliza no es tan esperable cuando no es la primera ni la segunda vez que te agreden. La chica refería lesiones en varios lugares del cuerpo que pude corroborar. Entre otras, se podían ver perfectamente las marcas de un estrangulamiento en el cuello. Estaba alucinando, os juro que no daba crédito. Y todas las lesiones eran coherentes con el mecanismo descrito. Pena, rabia... no sé qué sentía más. En los partes de lesiones se debe especificar si la reacción emocional es acorde a lo relatado, y como digo, en estos casos, casi cualquiera lo es. Refería además expresiones de "si al final es mi culpa", "yo me lo he ganado"... lo cual denota un maltrato psicológico de base muy acusado. Todo esto lo describí.
Atiendo a la chica lo mejor que puedo, diciéndole que nada de lo que le ha pasado es su culpa y que podemos ayudarla en lo que necesite, que si tiene un lugar seguro a donde ir... vamos, lo que nos enseñan y lo que por humanidad te nace hacer. Ya había denunciado a la Policía y venía como le indicaron en comisaría a por el parte de lesiones. Yo relleno el SIVIO (interminable) y le paso un test sobre riesgo de suicidio que me recomienda el informe al finalizar. Le recomiendo a la mujer el teléfono del Centro 24h y la asociación alcoyana ACOVIFA. Tras cerciorarme que no había mayor peligro aparente, y que la mujer me relataba que tenía apoyo social en esos momentos, le doy el alta.
Semana y media más tarde, me llaman de dirección por tener una citación judicial para acudir como perito al juicio rápido por Violencia de Género que se iba a celebrar en DOS días. Acudo a Urgencias a contarlo, un poco extrañada de que nadie me avisara que eso iba a ser tan rápido (justo se encontraba el médico al que le comenté el caso el día de la atención). Me dijeron que mucha suerte, que no pasaba nada, que me remitiera al informe, que todo iba a ir bien. Lo único que me di cuenta es que si la paciente la hubiese visto la R1 parece que hubiese tenido que ir al juicio también el adjunto, aunque hace escasos días se repitió la situación: atención realizada por R1, con nombre y apellidos de adjunto en el informe, pero el juzgado sólo la citó a ella, y con UN día de antelación. Finalmente no tuvo que declarar. En fin, parece que a nadie le llamó mucho la atención el tema del peritaje, parecía que iba a ser un trámite sin más lo cual me tranquilizó algo.
Aún así, dado que me asumía inexperta obviamente, me pongo en contacto con una de mis mejores amigas que me recuerda que conozco a una mujer que trabaja en un Centro de Mujeres, y enseguida recibo su ayuda y le estoy muy agradecida. Me hizo ir mucho más segura y me dio indicaciones sobre lo que tal vez me preguntasen, etc. Me recomendó sobretodo que si me pedían impresiones, que dijese frases del tipo "no puedo valorar eso con tal sólo una visita" porque ya me avisó que irían a pillar. Pero nunca pensé que iban a ir del modo en el que fueron.
Así me presento en los juzgados de Alicante y mi primera sorpresa al llegar al pasillo de la sala que me indican, es que es un pasillo estrechísimo, donde todavía van por el juicio anterior, donde además hay un papel en la puerta con mi nombre completo tras la palabra PERITO y que ese pasillo es el mismo por donde debo entrar a la Secretaría, el espacio reservado si no quiero que se me vea la cara durante mi declaración. Fabuloso. Ya me habían visto. Una mujer que acude sola, que se ha vestido semi formal y que entra por una puerta y no sale más, para nada es sospechosa de ser la médico perito que va a declarar. Así, por no verle la cara al maltratador. Porque Alcoy al final es un pueblo. Y allí dentro me tiro más de una hora esperando.
Llega el momento y me llaman, me siento en el resquicio de una puerta que da a la sala, donde de frente veo a la abogada de la defensa y al juez, y a mi lado prácticamente la abogada de la acusación. No veo a nadie más. Primero se me pregunta (no recuerdo si el juez o algún "auxiliar") si reconozco el informe como mío. Me acercan un dosier donde la página previa a mi informe son unas fotos en blanco y negro de la víctima, que imagino le realizarían en comisaría, y donde me alivia ver que se aprecian perfectamente las lesiones.
Tras esto, la abogada de la acusación me realiza unas cuatro o cinco preguntas, no recuerdo muy bien cuáles, bastante normales, básicamente si reconozco las lesiones, si eran graves o no... no me llamaron mucho la atención.
Pero llegó el turno de la abogada de la defensa y aquí fue donde se desmontó todo. Nada que ver para lo que me había preparado. Fue todo tan rápido que el orden de las cosas no lo recuerdo, habló muchísimo, habló más que preguntó. Me cuestióno muchísimo (normal supongo) sobre el tipo de lesiones que describía, poniendo en duda mis diagnósticos, con preguntas como "¿Una cefalea puede doler al tocar la cabeza?". Pues vaya, sí, por alodinia, que a veces se relaciona, pero en un contexto con otras lesiones, lo más habitual es creerse el antecedente traumático. Pero bueno, supongo que les pagan por reducir las lesiones al mínimo. Otra que recuerdo perfectamente: "describe usted hematoma en x localización, cuánto tarda en formarse? ¿Podría tardar días, verdad?". Le digo que lo dudo bastante, que eso se forma en minutos, y que en días va cambiando el aspecto simplemente; lo que viene a ser un "no". Sé que por mis nervios y porque ya llevaba un rato con sus retahílas, debería haber sido más tajante. "Vaya, podría ser entonces que tardase días entonces." Y yo me quedo con cara de imbécil, con el "NO, no podría ser" en la boca, porque siguió hablando e interrumpiéndome. Hizo esto muchísimo. Muchísimo. Y surtió su efecto en minar mi confianza, más al ver que el juez lo permitía. Como si no estuviese ya bastante nerviosa por lo nuevo y la responsabilidad de la situación.
Otra "pregunta" que recuerdo perfectamente es: "Describe usted el estado emocional de la paciente en el informe como ..... Lo cual NO es esperable en una persona que ha sido agredida, lo normal sería estar ansiosa, nerviosa, agitada". Y sin parar ni medio segundo, dejándome con la boca literalmente abierta, continuó con su estocada final: "Veo aquí en el informe que firma como residente. Según tengo entendido es usted residente de segundo año, que empezando en mayo, quiere decir que tiene un año y poco más de experiencia laboral. ¿Cuántas veces ha realizado un informe de este tipo?". Le contesté que de lesiones había hecho varios, pero concretamente de este tipo, sí, era el primero, y cuando vio que iba a reprocharle su afirmación (que no pregunta inicial), me volvió a interrumpir. Otra vez. Y reitero, ya que allí lamentándolo muchísimo no fui capaz: cada víctima reacciona de una manera ante una agresión.
Estas interrupciones y afirmaciones gratuitas sucedieron varias veces, pero esta que acabo de contar fue la que me desmontó por completo. Sentí muchísima impotencia ante lo que acababa de suceder, decepcionada con cómo estaba sucediéndose todo y ante mi propia falta de reacción. Más tarde me preguntó por mi supervisión y me sentí más avergonzada aún. ¿Supervisión? ¿En Urgencias? Residentes de toda la península estamos luchando por ello sin mucho éxito, pero faltan medios, faltan médicos (que no ganas).
Pero donde la defensa dejó claras sus intenciones (y valores) fue cuando me preguntó que si un estrangulamiento no había cumplido con su fin, (es decir, que si ella no había muerto), cómo podía ser que se viesen marcas en el cuello, que aquello tendría que ser por otra cosa. Me dieron ganas de vomitar. ¿Qué se me estaba preguntando? ¿Qué broma era esa? ¿No era una mujer a la que casi matan a la que atendí?
Salí literalmente llorando por las puertas del juzgado cuando todo terminó. Anonadada con el juez que permitió a la abogada (que en cuestión sólo tenía que preguntar) realizar tantos juicios de valor, aprovechándose de mi inexperiencia e inseguridad creciente gracias a ella. Llamé a mi amiga, y le prometí que esto no se iba a quedar así, que no me volvería a pasar.
He tardado en escribir esto porque cuando ocurrió todo aquello sólo pude pasar dos días vomitando rabia y tristeza en frases de Whatssap y sintiéndome fatal, sin ganas de salir de la cama, cuestionándome, avergonzada, pensando que debería haber sido más firme, y sobretodo, estando preocupada, muy preocupada por la mujer, pensando en que mi informe quedase invalidado ante mi declaración, dubitativa en demasiadas ocasiones. Cuando me calmé, lo que hice fue leerme el protocolo del servicio, donde encontré lo que comento sobre la designación desde triaje, lo cual no considero error por parte de enfermería ni del personal del servicio (por suerte, no llega este motivo de consulta a diario) pero sí pone de manifiesto que hay que seguir formándose en este tipo de atención, continuamente. Protocolo por lo demás muy completo y siempre bien aplicado, donde lo único que echo en falta ahora y por eso escribo esto, son unos consejos en algun anexo o donde proceda para afrontar el probable juicio posterior. Escribo esto tan tarde también porque había mucho que recordar, revisar y al final, como con tantas cosas, y más en una vida de "resistente", se te acumulan las tareas. También se debe a que he aprendido que a veces está bien reposar los sentimientos y los aprendizajes.
Durante un tiempo además me arrepentí de haber cogido esa carpeta, de que no la cogiese un adjunto al que no hubiesen puesto tanto en duda, a pesar de que atendí a la mujer lo mejor que pude y creo quedó agradecida conmigo. El que te traten bien cuando estás vulnerable vale más que un antibiótico bien pautado. Así que me alegro de haberla atendido y espero que los residentes podamos seguir viendo estos casos cuando se den.
No pretendo hacer de esto un manual, solo compartir mi experiencia, para que entonces, sí, entre todas las que hemos pasado por algo así, nos preparemos para las siguientes ocasiones. Para que cuando alguien vaya por primera vez a un juicio y se encuentre una situación tan desagradable como esta, sobretodo si es residente, tenga alguna arma más.
"Llevaré un año trabajando, pero llevo estudiando 8 años de mi vida para ser médica y tengo formación en Violencia de Género, acreditada si quiere, además de que durante estos años he visto atender casos similares. Dicho esto, no hay suma complejidad en describir lesiones físicas externas, esto lo podemos aprender en primero de carrera, y cuando describo un tipo de lesión y la correlaciono con un mecanismo plausible, es mi firma la que está en el informe, con la autoridad que me proporcionan mis años de formación y mi oposición MIR. Lo difícil es tratar a estas personas con la mayor humanidad posible, cosa en la que se puede ser experta en distintos ámbitos de la vida diaria, así que no entiendo la relevancia de la duración de mi vida laboral para realizar un informe de este tipo, que además con el formato SIVIO, viene totalmente guiado".
Esto le tenía que haber dicho. O algo similar. No me hubiese dejado. Lo diré si hay, y ojalá nunca la haya, una próxima vez. Pero por desgracia sabemos que esto no va a ser así.
Sinceramente, pensaba que tendría que limitarme a describir lesiones y no a defender mi profesionalidad. Profesionalidad de la que carecía la abogada de la defensa y el juez de turno que no dio un toque de atención a la misma.
Aún así preparaos porque aunque os pase y salga todo bien y tengáis la suerte de lidiar con una abogada menos deshumanizada, vais a salir de allí con desazón. Es un juicio por maltrato. Tener en cuenta que no sólo atiendes y rellenas un SIVIO, lo cual implica ya de por sí una situación dura, ya que la persona que tienes delante está pasando por una situación de las peores que te podrían pasar en la vida, y tú tienes que saber lidiar con ello en un contexto de sobrecarga asistencial, sin dejar de empatizar y tratar bien a esa persona. Además, más tarde seguramente seas llamado a juicio, pasando de nuevo por lo mismo, o en mi caso, por una situación incluso más desagradable.
Me disculpo pues con la mujer que atendí por no haber sabido ser más firme durante el juicio. Me quedo con el "gracias" que me dijiste, con palabras y con los ojos. No sé cómo terminó todo y eso me mató durante un tiempo. Por ti escribo esto, porque cualquier consejo es bien recibido. Publico esto en facebook hoy, que los domingos son buenos días para revisar lo que has escrito, y también voy a mandarlo a personas que sé que pueden ayudarme, con la ayuda del Grupo de Trabajo de Atención a la Mujer de la SVMFyC. Admito que me da algo de reparo, porque lo mismo me sacan más errores que los que yo misma me vi, pero espero aprender de ellos y no culparme más por algo que sé que no debo. Tú si me lees y tienes algo que aportarme, te lo agradecería enormemente, aquí o por privado.
No me quiero culpar más por atender lo mejor que supe a otra mujer en una situación horrible ni tampoco por no saberme todos los trucos bajos con los que nos pretende desacreditar el patriarcado. Lo siento, pero no.
¿Cómo van a denunciar muchas mujeres si son tratadas como acusadas? ¿Cómo se van a sentir seguras si se cuestiona de este modo hasta la validez de un peritaje médico? Luego nos echaremos las manos a la cabeza cuando suceda lo peor.
Gracias por leerme.
Alcoy, 17 de noviembre de 2019"

domingo, 24 de noviembre de 2019

Actividades semana violencia de género

Ya han comenzado para nuestro grupo las actividades de la semana contra la violencia de género.
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La primera de nuestras participaciones fue a cargo de nuestra coordinadora del grupo, Rosa González, que ha colaborado en un vídeo realizado por la Consellería de Sanitat. A través de este enlace podéis consultar toda la información.



Igualment Fest      

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Desde hace varios años colaboramos en el stand del Centro de Salud Pública, en la feria de entidades del Igual Ment Fest, organizado por el ayuntamiento de Valencia.

Este año se han sorteado unos libros relacionados con temas de mujer entre las personas que se han acercado al stand y han escrito un lema sobre la violencia de género. A seis de los participantes se les ha obsequiado con estos libros. Ha habido lemas muy originales y que nos hacen reflexionar: "Nunca violencia, siempre diálogo" "Ni sumisa ni obediente, mujer libre".



Gracias a la participación del centro de Salud Pública, se ha elaborado un violentómetro.  Las personas que se han pasado por el stand, han colocado una frase en un "termómetro de violencia", según la gravedad de la afirmación. Ha sido muy interesante comprobar que la mayoría de estas afirmaciones se consideraban bastante graves.


Gracias de nuevo al Centro de Salud Pública de Valencia, por pensar en nosotras para esta colaboración.


A lo largo de la siguiente semana estaremos presentes en algún a acto más con sorpresa incluida.

Iremos informando...





viernes, 1 de noviembre de 2019

Suicidios en las mujeres médicas

Esta semana en el diario el mundo ha aparecido este titular:

Las médicas se suicidan un 75% más que el resto de las mujeres.


A partir del primer estudio que se ha realizado en España sobre las causas de fallecimiento en facultativos, y que ha elaborado el Consejo General de Colegios de Médicos en colaboración con el Instituto Nacional de Estadística, surge este dato y muchos más, muy interesantes para nuestra profesión pero a las mujeres médicas nos preocupa este porcentaje tan llamativo.




Podéis leer el resto del artículo en el siguiente enlace:


Protocolo de Agresión sexual

 Seguimos difundiendo el  resumen del protocolo de Agresión sexual elaborado por la Consellería de Sanitat. El pasado mes de marzo acudimos ...